Diseñada para disfrutar de los paisajes, los contrastes y los detalles cercanos de la naturaleza, con la sierra del Sueve como referente constante. La ruta cicloturista de Ribadesella por Sinariega, es accesible a la mayoría de los cicloturistas, reseñando un par de kilómetros duros de desnivel y un pequeño trozo de hormigón en bajada, que con calma se solventan sin problema.
Partiendo de Arriondas, cogemos rumbo paralelamente al río Sella, siguiendo el transcurso del agua, al igual que la «fiesta de les piragües» en el Descenso Internacional del Sella, por su margen menos conocida, salvo para el tren fluvial que acompaña a los palistas. Una carretera con muy poco tráfico, buen piso, en su margen más soleado, llena de color y siluetas, varios toboganes atravesando Bode, hasta que abandonamos la vera del río momentáneamente, para ir cogiendo altura poco a poco.
La carretera se estrecha, los árboles nos envuelven y la piedra caliza dibuja siluetas en nuestra retina. Una subida irregular de 3,5km al 7,5%, cruzando el bonito pueblo parragués de Sinariega. Un nuevo valle se va abriendo delante nuestro, seguimos ascendiendo y dejando atrás la sierra del Sueve. La carretera comienza a coger color, síntoma de poco tránsito y humedad en la misma. Una ligera bajada, nos sitúa en medio de la naturaleza en total soledad. Merece la pena parar un momento, para dejar de escuchar el carrete y simplemente sentir. Llegamos a Tresmonte, población del concejo de Ribadesella. Su capilla, panera y hórreo no pasan desapercibidos.
Inmersos en la naturaleza, los bosques de pinares van cogiendo protagonismo, la carretera parece que nos absorbe y llegamos al subida más dura de todo el recorrido. 1,5Km al 11%, con dos partes muy marcadas y un descanso entre ellas, llegando incluso a un 23% al inicio. Cuando estamos llenos de sensaciones y falta de aliento, de repente el asfalto se aplana y los pinares se acaban. La fusión del mar y el cielo, hacen un espectáculo para nuestros ojos, mostrando media costa oriental a nuestros pies. Una experiencia de sensaciones que hay que vivirla. El descenso es rápido y remarcando una zona de hormigón rayado, que machaca un poco los brazos pero se salva sin mayor problema.
La población de Nocéu, nos deja en un valle exuberante con el pico Monfrechu (897m) de fondo y que nos lleva de pleno, a la Cuevona de Cuevas. Un pequeño desvío en la ruta, que por su puesto merece la pena visitar. La oportunidad de rodar sin bajarse de la bici (quitando las gafas de sol, eso sí), dentro de una cavidad de formaciones calcáreas brutal, el cambio de temperatura, escuchando el río e incluso los murciélagos, lo hacen especial. Unos 300m de único acceso a la población de Cuevas del Agua, teniendo que dar media vuelta para seguir la ruta.
Volvemos a encontrarnos el río Sella, zona llana y tranquila a su vera, compartiendo casa rurales, huertas y vecinos de la zona. Hasta llegar al Centro de Arte Rupestre de Tito Bustillo, con su famosa cueva de arte prehistórico, inscrito como Patrimonio Mundial de la UNESCO. Estamos en Ribadesella, en el puente donde finaliza el famoso descenso, con unas postales de mar y montaña increíbles. Finaliza aquí, nuestro viaje con el río Sella.
Si no es un día turístico, podemos disfrutar pedaleando por el paseo de la playa de Santa Marina, con la ermita de la Virgen de la Guía predominando. En época de mucho tránsito, mejor rodar por la carretera interior, en dirección al faro de Ribadesella, donde tenemos varios sitios de fotografía en el mirador de Punta del Pozu. Afrontamos una subida suave, que nos permite disfrutar de las sierras montañosas a nuestra izquierda, para posteriormente, encadenar preciosos toboganes de amplios pastos en Tereñes. Un sinfín de colores, que dan identidad al Principado de Asturias, llegando a divisar los Picos de Europa al fondo, con el mar a nuestra derecha.
De vuelta al interior, tras rodar una parte por la nacional N-632, cogemos la AS-341 en El Carmen, dirección Collía. Una carretera con buen asfalto, para disfrutar del cicloturismo, adentrándonos de nuevo en la sierra del Sueve y al concejo parragües. Una orografía cambiante, con tendencia positiva, sin grandes desniveles y con la mayor subida a Les Corones de 4,1km al 4,4%. De aquí, un descenso limpio, con el valle del Sella, el Parque Natural de Ponga y Picos de Europa ante nuestros ojos. Llegamos al cruce de Collía, donde continuamos descendiendo, para en un giro a la izquierda, antes de la subestación eléctrica, afrontar un último repecho que nos devolverá el calor a las piernas. El pico Pienzu es testigo de nuestro final de ruta, antes de coronar Pendás y descender en un bonito serpenteo al polideportivo de Arriondas.